sábado, 4 de octubre de 2014

Eat pray love

La adicción es típica en todas las historia de amor basadas en el encaprichamiento. Todo comienza cuando el objeto de tu adoración te da una dosis embriagadora y alucinógena de algo que jamás te habías atrevido a admitir que necesitabas -un cóctel tóxico sentimental, quizá, de un amor estrepitoso y entusiasmado arrebatador-. Al poco tiempo empiezas a necesitar deseperadamente esa atención tan intensa con esa ansia obsesiva típica de un yonqui. Si no te dan la droga, tardas poco en enfermar, enloquecer y perder varios kilos ( por no hablar del odio al camello que te ha fomentado la adicción, pero que ahora se niega a seguirte dando de eso tan bueno, aunque sabes perfectamente que lo tiene escondido en algún sitio, ¡maldita sea!, porque antes te lo daba gratis). La fase siguiente es la de la estupidez y la temblequera en el rincón, sabiendo que venderías el alma o robarías a tus vecinos con tal de probar "eso" una sola vez más. Mientras tanto, a tu ser amado le repeles. Te mira como si no te conociera de nada, como si jamás te hubiera amado con una pasión fervorosa. Lo irónico del asunto es que no puedes echarle la culpa. Porque, vamos, mírate bien; eres un asquito, un ser patético, casi irreconocible ante tus propios ojos.

martes, 17 de abril de 2012

La responsabilidad es un verdadero asco, por desgracia cuando has pasado la época de los aparatos correctores, la responsabilidad se queda contigo, no puedes escapar, o alguien nos lo hace comprender o sufrimos las consecuencias, aunque la madurez tiene sus ventajas, me refiero a los zapatos bonitos al sexo a no tener padres diciéndote que hacer, eso está muy bien.

martes, 25 de octubre de 2011

Que incluso la alegría me pregunta cada día
que si casi se me olvida que no la puedo ignorar...Le digo que tristeza es la que mejor me besacuando la noche comienza y no pienso en nada más.Te vas y no quiero que vuelvas máspero desde que te espero el tiempo se ha vuelto más áspero.

domingo, 4 de septiembre de 2011

Estaría tan lejos de ti, que ya no recuerdo el momento en que te dije por última vez que el cielo se está abriendo, y se abre bajo tus pies y quiero que vengas conmigo ...

A cualquier otra parte.

viernes, 8 de julio de 2011

jueves, 9 de junio de 2011

En realidad había mucha más nostalgia de la que dejaba entrever en sus manos. Se la racionaba de forma que el lunes hubiera una cantidad tan efímera que al llegar al domingo la hubiera olvidado por completo. Tenía la costumbre de hacerlo de este modo, media lágrima hoy y tres cuartos mañana. Así no mojaba la almohada ni se corría el maquillaje.

lunes, 23 de mayo de 2011

Estoy tratando de decirte que
me desespero de esperarte que no salgo a buscarte porque se que corro el riesgo de encontrarte